Restaurante Entrepedras - Combarro, Pontevedra

francisco javier piñeiro outon

NADA RECOMENDABLE!!! Precios desorbitados!! Un Nestea y una clara de limón 6.40€ y no espereis ni dos aceitunas con los refrescos porque lo único que te ponen son las cartas delante para que compres de comer y te sigan timando. La atención un desastre el paisaje muy bonito ya que soy del pueblo vecino ♡.

miguel martin almansa

Fuimos a comer 6 personas, la verdad todo lo que pedimos fue bastante acertado.
Pedimos los pimientos de padrón, las sardinas a la brasa, almejas en salsa (increíbles), zamburiñas (espectaculares y a buen precio), lo único los calamares no nos encantaron pero estaban bien.
Los postes, la tarta de queso era una quedada bastante rica.
El servicio estuvo bastante bien aunque por desgracia estaban bastante saturados porque había mucha gente, aún así fueron rápidos.

Semaro

Lo primero, la terraza, si eres el afortunado que se sienta en las últimas mesas de la terraza, las vistas son muy buenas.
Zamburiñas muy buenas, las croquetas muy cremosas, el churrasco a la brasa bueno y las empanada un poco pequeña pero buena.
El personal fue amable y la brasa en vivo cerquita genial.

Volvería.

Lorena Iglesias Pérez

Maravillosa experiencia, la comida deliciosa , el chef Raul Costal espectacular tanto en preparaciones como en servicio al pedir cosas a la parrilla. Muy buen spot con la ria al frente y un día de lujo. Las croquetas una verdadera delicia y el pulpo una gozada.

José María Domínguez Gil

Bajo mi punto de vista el arroz tardo en exceso (45') muy bueno , el pulpo no fue lo mejor... creo que ponen más mesas de las que pueden atender bien. La ubicación es única!!

Edu T

Raciones pequeñas y caras. Algunos platos no son caseros. Baño sucio. Poca luz en el comedor interior.
Vas por el callejón y te cortan el paso para que vayas a las mesas. Me molestó pagar el importe por lo recibido a cambio. Típico restaurante turístico en el que pagas mucho y comes poco. Para no repetir.

Samuel Arribas Martin

La experiencia fue pésima, empezando por la comida, tiempos de espera gigantes para raciones minúsculas, caras y nada del otro mundo. La atención tampoco fue destacable, uno de los camareros se equivocaba constantemente de mesa, llegando incluso a derramar el caldo de uno de los platos al suelo, salpicando y no siendo capaz ni de pedir disculpas. Otro de los camareros se dedicaba a pasar un trapo por las mesas sucias, tosiendo encima de ellas mientras la limpiaba. Da la sensación de que aprovechándose de la ubicación del restaurante todo vale por tener vistas, una pena. Si visitáis este precioso pueblo evitad a toda costa este restaurante.

Gaizka Fernández

Comida con buen sabor, pero raciones justas y caras.
Por ver el exceso de precios: 4€ por una botella de agua de 1 litro; esto es sentirte atracado.
El pan te lo cobran sin pedirlo. Que menos que preguntar si se quiere pan.
Tratan de atender a más gente de las que pueden atender con calidad, por lo que te hacen esperar desde que te sientas a que te toman nota.
Lo que son rápidos es para quitarte el plato cuando acabas para que pidas el postre o traerte la cuenta. Dejar rápidamente la mesa para el siguiente comensal.
El único simpático el que te asigna la mesa, el resto no una sonrisa.
Sólo se dispone de terraza para comer, que al estar al lado de la brasa, entra todo el humo en el interior.
Los baños están en la calle de enfrente subiendo unas escaleras, donde son unisex. Se agradecería una luz más potente en el baño.